1er. Premio Termoarcilla Cádiz. Casa de la juventud. La Línea de la Concepción (Cádiz) Iniciamos en este boletín el repaso a las obras premiadas en la III edición de los Premios Termoarcilla con la Casa de la Juventud de la Línea de la Concepción, que fue una de las dos obras galardonadas con el primer premio. En los próximos boletines, analizaremos también el otro primer premio, la Casita en el Campo de Olesa de Montserrat, y el segundo premio, la Urbanización Lajas de Meca en Los Caños de Meca (Cádiz).
La Casa de la Juventud está emplazada en una parcela de 4.000 m2, constituida por viviendas en bloque plurifamiliar, un centro educativo y jardines. Con el proyecto se ha pretendido construir una nueva Casa de la Juventud, así como renovar la imagen deteriorada de este lugar privilegiado dentro del municipio. Se proyectó mantener el prisma primitivo que alberga los vestuarios, la casa del conserje y el hangar de embarcaciones. Para ello se demolieron todas las edificaciones que se encontraban a su alrededor, excepto el foso de entrenamiento de remo. Sobre la base de la preexistencia paralela a la calle Andrés Viñas se han estructurado las nuevas edificaciones: nuevo edificio cabecera, zona de aulas, talleres y almacén.
Como concepto general del proyecto, se mantiene prácticamente la organización existente, con un edificio cabecera que resuelve la entrada desde la zona urbanísticamente más relevante, seguido de una serie de edificaciones construidas a lo largo de la banda de la calle Inmaculada. Estas nuevas construcciones se desarrollan de forma doble: hacia la calle, de una manera continua, dando una clara fachada y hacia el espacio interior, en forma de edificaciones cúbicas exentas, con el fin de no colmatar el espacio libre y crear permeabilidad y transparencia en los jardines. Estos cubos se elevan sobre pilares, separándose del terreno, con el fin de que el césped se extienda bajo ellos.
Cada uno de los cubos alberga una función diferente, así el primero contiene la sala de exposiciones; el segundo y el tercero son las aulas taller mientras que el último en color blanco contiene la sala de recreo. Así, se pretenden también independizar estos usos respecto del edificio principal, que ha adoptado un carácter más administrativo y sólo se abrirá en horas de oficina.
La imagen general del conjunto desde el interior de la zona deportiva será la de un edificio cabecera dividido en dos pabellones blancos, a continuación tres cubos independientes conformados con un material noble como es la madera y, por último, al fondo de la parcela, otro cubo de cierre, también en blanco. El edificio que sustituye al edificio cabecera antiguo ha de albergar los usos previstos inicialmente. Se puede conseguir ahora un conjunto más armonioso de pabellones de sencilla geometría en el interior de un espacio general ajardinado.
El nuevo edificio cabecera completa, junto con los talleres y la sala de juegos, una serie de edificios exentos que cobijan las pistas deportivas. De acuerdo a este concepto, el edificio cabecera se descompone ahora en dos pabellones prismáticos de planta rectangular enlazados por una galería acristalada. El espacio entre ellos está ajardinado y se abre a las pistas deportivas. La posición de las edificaciones se fija mediante la prolongación del camino apergolado que une los talleres. Este camino llegará hasta el acceso principal, en la plaza de entrada y constituirá un eje de distribución a lo largo de toda la parcela.
De los dos pabellones del edificio cabecera, el menor, de acceso, se sitúa tangente a este eje. Los espacios interiores se organizan en batería, servidos por una galería abierta al jardín intermedio. Estos son el vestíbulo, el centro municipal de información, dos despachos de asociaciones, los aseos y el despacho de la concejalía de juventud. El pabellón mayor es paralelo al Paseo Cornisa y contiene los espacios mayores: la biblioteca y la sala de usos múltiples. La galería acristalada intermedia lo conecta con el vestíbulo situado en el pabellón menor.
Ambos pabellones son volumétricamente similares: cerrados por muros blancos de fábrica con una cubierta a un agua que se levanta en dirección longitudinal hacia el interior de la parcela. Las dos caras menores que miran hacia la plaza de entrada, orientadas al noroeste, están completamente acristaladas. La actividad en el vestíbulo y la biblioteca será así completamente perceptible desde el exterior de la parcela a través de la valla. Hacia el espacio ajardinado intermedio, la salida desde ambos pabellones se prolonga mediante sendos huecos continuos que doblan en las esquinas hacia las pistas deportivas. En este caso sí se protegen los acristalamientos del excesivo soleamiento mediante celosías de postes de madera.
El proyecto también afecta al cerramiento de la parcela. De forma coherente con la simplificación que se pretende para el edificio cabecera, la valla se ha diseñado lo más permeable posible y de un material acorde con las lamas de madera del edificio cabecera como es el acero corten.
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