La iniciativa impulsada por el Consorcio TERMOARCILLA pretende fomentar el reconocimiento a los arquitectos que destacan en la utilización de las prestaciones constructivas del bloque

En su primera edición correspondiente al año 2002, el jurado formado por los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Enrique Sanz, acompañados por el presidente del Consorcio TERMOARCILLA Miguel Sánchez, ha otorgado el primer Premio (dotado con 20.000 euros) al arquitecto Eduardo de Miguel Arbonés por el proyecto de viviendas de la calle Fos 15-17 de Valencia.

El jurado distinguió con el segundo Premio (dotado con 10.000 euros) a la arquitecta Blanca Sánchez Lara por el proyecto de viviendas en Lantejuela (Sevilla), y concedió dos menciones honoríficas: la primera a los arquitectos Victoria Acebo y Ángel Alonso y la segunda a los arquitectos Belén Martín-Granizo y Daniel Díaz, por sus proyectos presentados.

Esta iniciativa del Consorcio tiene por objetivo fomentar el conocimiento y difusión de las obras realizadas con TERMOARCILLA y las prestaciones que ofrece este sistema constructivo. Cabe recordar que hace unos pocos meses se acordó la eliminación de la "reserva técnica inicial" del bloque cerámico TERMOARCILLA, previo cumplimento por parte de los fabricantes del Consorcio de una serie de condiciones. Actualmente, doce fabricantes del Consorcio, cuya producción supone el 90% del total, están exentos de la limitación que supone la "reserva técnica inicial" lo que facilita de forma definitiva la tramitación del seguro decenal obligatorio en la construcción.

Asimismo, con el Concurso se pretende destacar la labor de los muchos arquitectos que  hace tiempo confían en el bloque TERMOARCILLA para la realización de sus proyectos, premiando aquéllos que, a criterio de un jurado, mejor aprovechan las cualidades de este material, en base a los siguientes criterios:

• La originalidad y creatividad del diseño arquitectónico
• El empleo de soluciones técnicas y constructivas adecuadas para el bloque TERMOARCILLA
• La correcta ejecución de la fábrica
• La óptima integración del proyecto en un entorno urbano y/o paisajístico

En esta primera edición, las candidaturas han sido numerosas y de muy notable calidad. El Consorcio agradece expresamente la participación de todos los candidatos en este primer concurso, a quienes anima, igual que a los demás arquitectos, a presentar sus nuevos proyectos realizados con TERMOARCILLA en la próxima edición.

• PRIMER PREMIO DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO PARA EDIFICIOS CONSTRUIDOS CON BLOQUE TERMOARCILLA

Otorgado al arquitecto Eduardo de Miguel Arbonés  por las viviendas de realojo de la calle Fos, 15-17, Barrio del Carmen, de Valencia.

El jurado valoró especialmente la óptima adecuación del material desde el punto de vista de aprovechamiento de todas las prestaciones del bloque TERMOARCILLA (aislamiento térmico y resistencia mecánica, principalmente), ya que se trata de un edificio de cinco alturas con muros de carga.

Vistas del Edificio

Ficha técnica

Proyecto	8 viviendas de realojo
Situación	C/ Fos, 15-17, barrio del Carmen
Ciudad	Valencia
Fecha de proyecto	1994
Fecha de terminación	1998
Promotor	Generalitat Valenciana Consellería de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte Instituto Valenciano de la Vivienda, Oficina Plan RIVA
Constructor	Ortiz e Hijos
Bloque TERMOARCILLA	Grupo VALFORSA
P.E.M.	168.283,39 ?
Superficie solar	126 m2
Superficie construida total	550 m2
Costo m2	306,52 ? / m2

Memoria

El encargo se inscribe dentro del Plan de Rehabilitación Integral de la Ciudad Histórica de Valencia promovido por la Generalitat Valenciana. El objetivo principal de la intervención es el realojo temporal de vecinos del barrio para proceder a la rehabilitación de sus viviendas. La actuación se ha realizado sobre dos pequeños edificios adosados en ruinas, uno de ellos situado en la esquina de la manzana y el segundo entre medianeras. La normativa exigía que se mantuviera la configuración original de las parcelas para no perder la identidad histórica de la trama urbana, así como la volumetría del edificio entre medianeras y la composición de su fachada.

La reducida dimensión del solar de la esquina sólo permite concebir una vivienda-estudio por planta con un gran ventanal que relaciona el estar y la cocina con la plaza, y un pequeño hueco en la zona del dormitorio que sugiere una mirada oblicua hacia el espacio público. En la vivienda entre medianeras, el estar y la cocina se orientan hacia el patio interior ajardinado y los dormitorios hacia la calle. Para mantener el carácter compositivo de la fachada inicial se plantea un pequeño patio en el lugar ocupado originalmente por la escalera. Unos cortes en la fachada, diseñados para evitar la visión directa sobre las casas vecinas, comunican este espacio con el exterior y refuerzan el carácter singular del edificio, que no mantiene la alineación del resto de la manzana.

Al plantearse como realojo temporal, es muy probable que el espacio de las viviendas nunca llegue a personalizarse y que se requiera de toda la superficie de almacenamiento disponible para guardar los objetos trasladados. De esta ocupación transitoria se deriva la necesidad de construir un espacio cómodo y de la mayor amplitud posible. Estas consideraciones condujeron a realizar un único espacio que contiene en su interior el volumen de la cocina y el baño, lo que permite utilizar la superficie del techo como lugar de almacenamiento. Los muros de carga, las viguetas y bovedillas de hormigón vistas, los pavimentos de mármol y los elementos de madera que compartimentan el espacio definen los interiores.

Hay una búsqueda consciente de la integración en el entorno a través de la utilización del muro de carga. Esta técnica tradicional exige un rigor constructivo que, entre otras cosas, limita la dimensión y cantidad de huecos, pero no condiciona su elaboración formal; en este sentido, la expresión final del paramento pretende sintonizar con la atmósfera de la ciudad histórica y facilitar la integración de rasgos compositivos de la fachada inicial sin romper el carácter unitario de la intervención. La elección de un único color aclara el interior de la calle oscura y de las viviendas vecinas; esta pretendida uniformidad cromática se enriquece con el juego de texturas de los diversos materiales que configuran su construcción.

• SEGUNDO PREMIO DEL CONCURSO PARA EDIFICIOS CONSTRUIDOS CON BLOQUE TERMOARCILLA

Otorgado a la arquitecta Blanca Sánchez Lara, por las viviendas autoconstruidas en Lantejuela, en Sevilla.

El jurado valoró la originalidad del diseño, así como la idoneidad del bloque TERMOARCILLA para el sistema de autoconstrucción de las viviendas.

Vistas del edificio      Obra en ejecución

Ficha técnica

Proyecto	20 viviendas de autoconstrucción.
Situación	Avda. Las Turquillas, La Latejuela.
Ciudad	Sevilla
Fecha de proyecto	1995
Fecha de terminación	1999
Promotor	Junta de Andalucia
Constructor	Son viviendas de régimen de autoconstrucción
Bloque TERMOARCILLA	Grupo Proceran
P.E.M.	298.522 ?
Superficie solar	2.244 m2
Superficie construida total	1.750 m2
Costo m2	170,58 ?/m2

Memoria

Sobre la explanada de un antiguo campo de fútbol, situada en las afueras del pueblo, el planeamiento prevé la construcción de tres manzanas de viviendas adosadas. El conjunto se conecta con el núcleo urbano por una calle que, trazada sobre un antiguo camino, discurre entre tapias, edificaciones agrícolas y campos de cultivo. La manzana más alejada de la población ha sido puesta a disposición por el Ayuntamiento para la construcción de veinte viviendas a ejecutar por los futuros usuarios de las mismas.

La ausencia de referencias urbanas, la absoluta planeidad del terreno y la conveniencia, dadas las peculiares características de la gestión de la obra, de utilizar un único tipo de vivienda de sencilla ejecución y que, a la vez, se adaptara de manera adecuada a las distintas situaciones intermedias y de extremo de las hileras de viviendas, son aspectos que determinaron la orientación del proyecto. La intención de dotar de acceso para vehículos a todos los patios traseros de las viviendas sin renunciar al carácter unitario de la manzana, ha llevado a cuestionar el loteo de la manzana previsto por el planeamiento, proponiendo la creación de un espacio interior de carácter colectivo. Se han dispuesto 4 hileras de 8-2-8-2 viviendas, de tal manera que cada una de ellas presenta uno de sus testeros en cada una de las esquinas de la manzana, iniciando así la alineación del frente de la siguiente hilera. En planta, esta disposición, reforzada por la agregación no pareada de las viviendas, recuerda el movimiento de un molinillo de viento. Como resultado se ha obtenido un espacio interior desde el que se accede a los patios traseros de las viviendas y cuatro ingresos, uno desde cada una de las cuatro calles que definen la manzana. De esta manera se ha preservado el carácter unitario e integral de la operación, a la vez que se han incorporado en su interior episodios "urbanos" en un entorno caracterizado por la ausencia de los mismos.

Dada la limitada superficie de las viviendas y la necesaria sencillez de su ejecución, se ha optado por resolver cada vivienda mediante la disposición de dos crujías perpendiculares a fachada que, desplazadas una sobre otra, permiten reducir los espacios de circulación y distribución en beneficio de las distintas dependencias. Este desplazamiento entre crujías permite dotar a la vivienda de un pequeño patio de ingreso desde la calle y diferenciar las zonas de aparcamiento y jardín en el patio trasero. Un eje central de circulación conecta la calle con el patio trasero permitiendo el acceso a habitaciones situadas a uno y otro lado del mismo. Este sencillo esquema posibilita el futuro crecimiento de la vivienda, aspecto demandado desde el encargo.