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 Restaurante De la O – Sevilla  

DE LA O está en un lugar especial junto al cauce histórico del Guadalquivir, Emilio Sánchez Perrier lo pintó en el XIX y hoy nos sigue cautivando. Desde la terraza del restaurante, elevada sobre el Paseo de la O, podemos disfrutar de la tranquilidad, los árboles, los pájaros que viven en ellos, el río y las piraguas que avanzan a toda velocidad.

Al restaurante, se puede acceder también desde la plaza de Chapina bordeando el hotel por el callejón Gracia de Triana que tiene un recodo y cuando lo doblamos, antes de bajar las escaleras, aparece el paisaje diáfano, sosegado, encantador, sorprendente por lo inusual en Sevilla. En esa placita íntima está De la O.

El restaurante se concibió de forma unitaria con el edificio, eso se hace patente en los recercados metálicos que enmarcan los huecos y en el volumen de madera que desde el restaurante se proyecta hacia el exterior. Las claves del lugar, agua y vegetación, se reproducen en el interior donde un espléndido jardín vertical rematado con un estanque suspendido, fragmenta el espacio ayudando a crear distintos ambientes.

Ya dentro, los detalles se han cuidado al máximo. El ruido no molesta porque los materiales lo absorben. Las mesas más próximas a la entrada disfrutan de la vista del río y los árboles. El muro de cerámica vista hace referencia a los alfares de Triana pero con un material contemporáneo que se muestra desnudo, sin pretensiones. Aquí pueden exponer artistas.

  

Si avanzamos podemos contemplar de cerca el jardín vertical, obra de Ricardo Librero con más de 40 especies. Frente a él se abre la cocina, así el personal puede relajar la mirada mientras trabaja.  En esta zona hay dos mesas, las mejores para los curiosos. Al fondo está el lugar más íntimo. Una gran ventana se asoma a un patio hundido, el bambú negro y los árboles deben crecer aún. Por la tarde un verderón viene a comer al limonero ignorando el comedero con granos que cuelga del níspero. En este ambiente hay un banco corrido y un difusor acústico de daditos de madera de 7x7 cm y distintos espesores.

La geometría de líneas puras no resulta dura, el uso de los materiales, la luz y la vegetación matiza el espacio que a pesar de ello se percibe como unitario; le dan continuidad el techo de material absorbente y el cajón alistonado con madera que separa la sala de la cocina y los baños. 

Los baños se han revestido con paneles de madera-cemento de gran formato, en sintonía con el suelo de hormigón del local. Están colgados sendos cuadros creados por una artista para De la O y hacen referencia al “origen”, tratan de expresar cómo el contacto de dos cosas diferentes genera otra nueva, a veces lentamente, a veces de repente.

Las mesas y el banco corrido se han construido reutilizando vigas de la nave industrial preexistente. Las lámparas colgantes están hechas a mano, al igual que algunas piezas de la vajilla.

Manolo Llerena ha trabajado en este proyecto desde el principio. Es arquitecto por la Universidad de Sevilla y en 2010, tras diez años de profesión, se vio obligado como tantos otros a reinventarse. Siempre le había gustado la restauración y de la adversidad hizo oportunidad. Estudió dos años en la Escuela de Hostelería de Santo Domingo en Archidona, realizó las prácticas en el Hotel de Santa Paula de Granada y en A Poniente, le gusta la cocina de producto bien presentada.

Ricardo Librero es el arquitecto paisajista que ha diseñado el muro vegetal. Ha sido director del jardín botánico de Oviedo y es el autor del Jardín Iberoamericano de la Expo´92. El jardín de la O es el primero que recicla el agua con un consumo de 35 l. a la semana. Ha sido necesario diseñar un sistema para evitar que las enfermedades se puedan propagar de una a otra planta.

Javier Zamora Malagón es el diseñador gráfico que ha puesto el nombre y el logo al local, también ha diseñado la carta y la web. Tiene varios premios de diseño. Gema Aguilera, pareja de Manuel Llerena, es arquitecta y conservadora de patrimonio. Estudio cerámica.en el estudio de Yoko Akabane, y es la diseñadora de lamparas y de la vajilla del restaurante.

Ver: Ficha técnica

   
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