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 Edificio de oficinas de Red Ganadera Caspe. Caspe (Zaragoza)  

Una potente envolvente plegada de hormigón abraza los restantes elementos de cerramiento, configurando una imagen de sencillez constructiva dominada por unos elementos fácilmente identificables como el hormigón, la cerámica blanca y el vidrio.

El programa de necesidades del cliente requería un edificio versátil, que permitiera resolver sus necesidades actuales y futuras de espacios de administración; y al mismo tiempo ofrecer oficinas independientes para empresas colaboradoras y en alquiler, y por su carácter social, unos espacios adecuados para la realización de cursos y reuniones a la población de Caspe.  

El edificio se desarrolla en tres niveles. Se accede a cada uno de ellos desde las pasarelas que se vuelcan sobre el vestíbulo. Este gran espacio de transición diluye los límites entre los espacios más privados y el exterior, abriéndose completamente con su fachada de vidrio y manteniendo los mismos materiales que en el exterior, hormigón, cerámica y piedra de Campaspero. Los diferentes usos se gradúan en vertical según niveles de privacidad. En la planta baja se concentran las piezas de uso público, como el salón de actos y comedor, con acceso directo desde el vestíbulo del edificio. Las oficinas se sitúan en las plantas superiores; las oficinas externas en primera planta y las de la Cooperativa y su área de dirección y representación en la última planta, la más privada del edificio.

En el interior, la estructura ordena los espacios en dos crujías de 7 y 3 m que facilitan un reparto óptimo de los usos. La crujía de 7 m, orientada al sur, con máxima apertura de huecos y excelente iluminación natural y vistas, se utiliza para las estancias de trabajo y uso público. La crujía de 3 m, orientada al norte y con huecos más reducidos, se reserva para los usos de instalaciones, almacenaje y servicios. El despacho tipo tiene 5 m de fondo pero existe la posibilidad de abrir zonas de oficina paisaje de 7 ó 10 m de fondo.

Las acciones orientadas a una reducción del consumo energético y a obtener un máximo confort funcional de los usuarios afectan transversalmente a todo el proceso de producción del edificio. Las estrategias bioclimáticas relacionadas con las condiciones climáticas y del entorno constituyen un objetivo prioritario del proyecto.

La aplicación de un conjunto de medidas constructivas de la arquitectura solar pasiva como el “superaislamiento”, las ventilaciones cruzadas y la elección del cerramiento más cualificado para cada tipo de fachada, nos permiten limitar la demanda energética sin costes adicionales y con una gran efectividad. Los espacios libres y ajardinados se consideran como un elemento más de la estrategia. La vegetación que rodea al edificio, en el talud trasero, el jardín delantero y la cubierta contribuye a generar un microclima que atenúa las temperaturas.

La forma del solar nos permitió una perfecta orientación bioclimática en el proyecto. El edificio presenta dos fachadas muy diferenciadas que marcan la distribución de los usos; la fachada principal se vuelca hacia el sur con una gran superficie de huecos y se desarrolla al máximo en su longitud para beneficiar las zonas de trabajo con iluminación natural y vistas sobre el valle y ganancias solares en invierno; la fachada norte se cierra minimizando los huecos para reducir las pérdidas energéticas y queda recogida junto al monte y protegida del viento.

También adquiere especial importancia la calidad de los materiales elegidos, que se han seleccionado por su idoneidad técnica y puesta en obra, reducido coste de mantenimiento, reciclabilidad y también por la proximidad de su lugar de producción y de su instalador para minimizar la huella de carbono generada desde su fabricación hasta su puesta en obra. Así se han primado los materiales de producción nacional y los instaladores locales siempre que ha sido posible.

Se han escogido soluciones de cerramiento y acabados con puesta de obra en seco para simplificar el proceso constructivo, acortar tiempos de ejecución y minimizar los residuos de obra. En los muros de cerramiento se utiliza una solución de fachada ventilada cerámica sobre el muro de termoarcilla. El aislamiento térmico se sitúa por el exterior de la estructura eliminando los puentes térmicos. La cámara ventilada se reduce al mínimo en fachada norte.

En la fachada sur las carpinterías se fijan directamente a la estructura de forjados y pilares. Todas las carpinterías instaladas tienen composiciones de vidrio de altas prestaciones y control solar. Un sistema de lamas motorizadas protege de las inmisiones solares no deseadas en verano, mientras que en invierno facilita estas inmisiones y por la noche, en posición cerrada, configura una cámara de aire que contribuye al aislamiento del edificio.

La solución de cubierta invertida también se resuelve en seco, sobre la lámina continua de EPDM se colocan las losas filtrantes que incorporan el aislamiento y el acabado final y también permiten la instalación de la cubierta vegetal que reforzará al aislamiento.

En el interior se eliminan los falsos techos dejando los forjados vistos. El suelo técnico de gres oculta la totalidad de las instalaciones permitiendo con facilidad cambios en la distribución de los puestos de trabajo. La distribución interior se realiza con división modular a excepción de los elementos de servicio fijos que se realizan en fábrica de ladrillo. De este modo se reducen costes y tiempo de ejecución y se simplifican las futuras reformas.

La mejora de la calidad de los espacios de trabajo, con el objeto de hacerlos más saludables para el usuario y mejorar su ambiente laboral también ha sido uno de los objetivos contenidos en el proyecto. Para ello, entre otras acciones, en el edificio se ha maximizado la iluminación natural y el disfrute de vistas exteriores en todas las zonas de trabajo y se han utilizado materiales naturales sin revestimientos químicos agresivos. Se mitiga la electricidad estática mediante el uso de materiales y acabados antiestáticos y se mitiga el polvo en suspensión y la ionización del aire mediante su humectación desde la unidad de tratamiento de aire. Se promueve que el usuario pueda interactuar con la climatización en su zona de trabajo.

Estas actuaciones, aún siendo la electricidad la fuente de energía actual, han permitido obtener una solución que en el modelo teórico de la certificación energética obtiene reducciones del consumo energético del 37% en iluminación, del 84% en calefacción, del 37% en refrigeración y una reducción de casi el 50% en las emisiones de CO2.

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