La excelente ubicación de la finca y las necesidades apuntadas por los propietarios resultaron determinantes en la resolución de este proyecto de vivienda unifamiliar, ubicada en el pueblo asturiano de Peruyes, en el término municipal de Cangas de Onís. La parcela ocupa un pequeño llano de proporción alargada, en una zona de colindancia con los caminos rurales. El propietario expuso la necesidad de que el edificio contara con garaje, una zona de día (salón, cocina, comedor y estancias de servicio) y una zona de dormitorios (cuatro habitaciones y una quinta con baño y vestidor incorporado). Todo ello con grandes ventanales, de modo que la luz fuera la protagonista de la casa.

Con estas premisas, el proyecto se resuelve planteando una pastilla alargada en la dirección Este-Oeste con fachada principal orientada al Sur, asentada en el terreno por medio de un paralelepípedo de hormigón que, a modo de semisótano, alberga el garaje de la casa. Sobre esta base se construye una caja de simple y doble crujía que constituye la planta baja. En la zona de simple crujía se organiza la zona de día, mientras que en la zona occidental (doble crujía) se disponen cuatro dormitorios y dos baños. En la parte delantera y en el encuentro entre los dos ámbitos descritos se sitúa la entrada principal de la casa. En la planta alta se sitúa un despacho y el dormitorio principal.

Las cajas descritas se cubren con una cubierta a un agua, lo que proporciona una mayor posibilidad y riqueza espacial interior, al jugar con diversos falsos techos y alturas. La expresión exterior es sencilla, con volúmenes simples que se revisten de piedra y madera colocadas en una fachada de tipo ventilado. La composición se resuelve con elementos tradicionales, como los espacios aporchados que se utilizan para proteger de la lluvia y el sol, verdaderos protagonistas de la composición.

Los cerramientos se han ejecutado con una fachada ventilada, empleándose una hoja de cierre a modo de muro de carga a base de bloque termoarcilla de 29 x 19 x 29 cms., una hoja aislante de poliestireno extrusionado pegada por el exterior a la termoarcilla y un vestido exterior a base de piedra o madera tratada colocada con una cámara de aire respecto al muro de carga, por medio de anclajes de acero inoxidable y con las juntas abiertas entre pieza y pieza. Para la cubierta se ha utilizado teja plana color rojo, colocada también con la misma filosofía que las fachadas, sobre un onduline enrastrelado de forma que la cara interior de las tejas queda ventilada.

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Ficha técnica