El edificio es la materialización de un proyecto que resultó ganador de un concurso para el establecimiento de un Centro de Interpretación de la Naturaleza que permita la transmisión a todo tipo de público de los valores más importantes que la zona posee y los potencie, a la vez que sirve como generador de nuevas rentas en el ámbito rural. Se ha fijado la población de Castronuño, uno de los municipios más importantes de la Zona de Influencia de la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño, como punto de establecimiento.

La posición del edificio dentro del entorno urbano de Castronuño, en un borde con los límites indefinidos y con los problemas de un núcleo que da la espalda al río y al paisaje, plantea la necesidad de resolver varias cuestiones con este proyecto.

Por una parte se trata de dar remate a una manzana que ha quedado abierta, con las tapias traseras y edificaciones recientes poco afortunadas, dando frente al Parque y desaprovechando de este modo las oportunidades que su situación ofrece. Por otro lado, se plantea el edificio como punto de partida de la nueva ordenación.

El edificio es una construcción prismática, de base prácticamente rectangular, organizada con forma de U, en torno a un patio que se cierra en la planta primera. La U deja su lado abierto hacia el norte, donde se plantea la entrada al edificio. Esta tipología presenta un gran paralelismo con la casa patio tradicional de la Tierra de Campos, en la que la edificación se separa del exterior mediante un muro que cierra la parcela y es -desde un patio interior desde donde se accede a cada una de las distintas piezas que lo componen- vivienda, almacenes y establos.

El edificio muestra en su exterior las mismas cicatrices que aparecen en su entorno: muros desplazados, volúmenes fraccionados, hastiales en fachada, cubiertas inclinadas, miradores y demás elementos de la arquitectura tradicional ajustados al lenguaje contemporáneo.

La distribución interior nace de un criterio proyectual de versatilidad y polivalencia funcional que permita una adecuación perfecta para el uso al que se destina el edificio, junto con la posibilidad de variar su disposición interior para su reutilización o incluso ampliación.

El acceso, que se realiza por la parte central de la U que conforma la planta del centro, permite diferenciar y separar dos alas: la oeste, que junto con la pieza central es donde se establecen los ámbitos museísticos o expositivos, y el ala este, destinada principalmente a servicios y oficinas. Es también en el centro del edificio, en la planta primera, donde se instala la sala de conferencias y exposiciones temporales, enmarcada entre dos núcleos de escaleras.

El conjunto posee una cierta hermeticidad en las fachadas exteriores, en las que apenas se manifiestan unos huecos que permiten la ventilación de locales y la gran ventana mirador que se asoma al Parque de la Muela y, en la lejanía, al Espacio Natural Riberas de Castronuño - Vega del Duero. La vocación del edificio es volcarse sobre el patio de manera que éste se convierta en su alma: a través de él se entra, se convierte en lugar estancial, apoyado en la vegetación y dos bancos de fábrica junto a la sala de documentación, y sobre él se apoyan los huecos de las salas de exposiciones.

De los espacios proyectados, el más singular será el denominado ámbito temático que por su configuración volumétrica va a permitir al visitante reconocerlo desde el exterior y tomarlo como referencia, una vez fuera del Centro.

Características constructivas y materiales

En cualquier proyecto de este tipo se plantea la selección de los sistemas estructurales y de los materiales en función de su resistencia, eficacia, mantenimiento, contaminación y recuperación una vez finalizada la vida del mismo.

Se ha optado por buscar la máxima eficacia al menor coste ecológico posible y con la mayor viabilidad técnica. Frente a una estructura/cerramiento de adobe y madera, de menor coste e impacto ecológico y de una mayor recuperación final, se ha optado por una estructura de muros de carga de bloque Termoarcilla perimetrales al edificio, tanto en el exterior como en el patio interior y paños intermedios, completada donde ha sido necesario con soportes de hormigón armado y/o acero.

Se asume el coste ecológico de los materiales utilizados pero, dentro de los existentes, se han seleccionado aquellos que comporten el menor riesgo y tengan mayor facilidad de recuperación. Los criterios que se seguirán serán los siguientes:

• Utilizar materiales cerámicos frente a los derivados del cemento, por su menor consumo energético en su fabricación.
   
• Utilizar materiales más ligeros, por su menor coste en su manipulación y transporte.
   
• Utilizar bloque Termoarcilla y ladrillo cerámico en los muros de cerramiento, por su menor coste energético y mayor recuperación de residuos que elementos metálicos u hormigones.
  
• Uso de lanas minerales en los aislamientos de cubierta y en muros poliestireno extrusionado sin (HCFC).
   
• Utilización de cobertura de teja cerámica, frente a fibrocementos, plásticos o materiales metálicos, tanto por su menor consumo energético de fabricación, mejor recuperación y mayor aislamiento térmico.
   
• Se utilizan pavimentos de linóleo en los lugares donde su uso lo permite, y el resto son cerámicos.
   
• La tabiquería es, en general, de placas de cartón yeso sobre perfiles metálicos. En las divisiones de los elementos que por protección contra incendios o por acústica así lo requieren, se disponen tabiques cerámicos.
   
• Utilización de pinturas acrílicas de base acuosa con cumplimiento de normas ecológicas tanto en exteriores como en interiores.

Más información:

Haga clic en las imágenes para ampliar