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 Bruselas presentará este año un plan sobre biomasa y biocarburantes  

La Comisión Europea espera que de aquí a 2010 el 5,75% del transporte europeo funcione con biocarburantes, un objetivo que el Gobierno español quiere cumplir con el plan de energías renovables presentado el pasado mes de agosto. España es ya líder europeo en producción de bioetanol, pero pretende fomentar también el uso de los biodiesel y extenderlo a la mayoría de las comunidades autónomas.

Los biocarburantes, producidos a partir de biomasa (plantas productoras de aceite como los girasoles, la colza, el maíz, la remolacha azucarera y restos orgánicos), tienen importantes ventajas porque reducen las emisiones contaminantes, son atractivos para los agricultores y pueden usarse con las tecnologías actuales; pero también tienen inconvenientes: son más caros que los carburantes tradicionales (son rentables con el barril de petróleo a partir de 70 dólares) y se necesitan grandes plantaciones de sus materias primas. Los principales biocarburantes son el bioetanol, el ETBE, el biodiesel, el biogás y los de materia leñosa.

El papel de la UE

La directiva europea sobre biocarburantes, adoptada en 2003, se propone impulsar la sustitución de los combustibles convencionales (gasóleo y gasolina, derivados del petróleo) por biocarburantes derivados de cultivos agrícolas, especialmente el biodiesel y el bioetanol. Para lograrlo, fija objetivos indicativos para el paso a los biocarburantes y ofrece un marco jurídico de medidas nacionales, fiscales y de otra índole para fomentar su uso. Según la UE, los biocarburantes benefician a la política energética europea en varios campos: por ser de fácil obtención en la UE y contribuir a la diversificación de las fuentes de energía y, por tanto, a la seguridad del abastecimiento. Por otra parte, al no ser de origen fósil, son más respetuosos con el medio ambiente y permiten a Europa cumplir con sus compromisos respecto al cambio climático.

La directiva de biocarburantes establece cuotas indicativas para su consumo dentro de la totalidad de los combustibles utilizados en el transporte: el 2% para este año y el 5,75% para 2010. Sin salirse de esta pauta europea, los Estados miembros han de fijar sus propios objetivos nacionales sirviéndose de ellos para dirigir sus políticas y adoptar medidas nacionales para introducir una cuota mínima de biocarburantes en sus mercados interiores. La Comisión Europea considera que los biocarburantes necesitan ayuda financiera, y, entre las medidas de apoyo que plantea destaca la fiscal. Así, la directiva sobre la imposición de los productos energéticos prevé expresamente reducir los tipos impositivos sobre la energía obtenida a partir de la biomasa.

Los biocarburantes se venden actualmente en Europa en forma de mezcla con carburantes convencionales, normalmente con etiqueta o marca 'verde' de las principales compañías petroleras y en pequeñas cantidades, y se destinan a turismos limitándose la mezcla habitualmente al 5%. Las mezclas de mayor concentración se utilizan en el sector público, como en los transportes colectivos, los autobuses escolares y las flotas de vehículos municipales. No obstante, suponen hoy en día menos del 1% del total del consumo de combustible de transporte en Europa, aunque Bruselas asegura que esta participación ha aumentado en los últimos años.

En España, que en 2004 produjo 228.200 toneladas de biocarburantes, la producción se centra en pocas comunidades autónomas. Galicia es líder con 64.500 toneladas, seguida de Murcia (51.200), Cataluña (50.400), Castilla La Mancha (36.000), País Vasco (18.000), Madrid, (4.500) y Asturias (3.600). Por otra parte, Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Navarra, La Rioja y la Comunidad Valenciana no producen biocarburantes.

El plan español

El Consejo de Ministros español aprobó el pasado 26 de agosto el plan de energías renovables para el período 2005-2010, basado en el fomento del uso de la biomasa, más que en la producción de biocarburantes. El plan diferencia entre su uso para generación de electricidad y su uso térmico. En cuanto al primero, el objetivo de crecimiento del plan se sitúa en 1.695 MW, para lo que se cuenta con la puesta en marcha de un programa de co-combustión (combustión conjunta de biomasa y carbón en las centrales existentes), un incremento de la retribución a la electricidad generada y la potenciación de la Comisión Interministerial de la Biomasa.

El plan incluye incentivos fiscales a la explotación para biocarburantes: exención del impuesto sobre hidrocarburos en el precio de venta, que a lo largo del plan suponen un total de 2.855 millones de euros, y que se repartirán entre el bioetanol y el biodiesel. El plan español se fija como objetivo alcanzar en 2010 una producción de 2,2 millones de toneladas de biocarburantes. Además, el Gobierno español espera extender la producción de biocarburantes a más comunidades autónomas, con lo que en 2010 sólo Canarias, La Rioja y Valencia no tendrían producción.

 

   
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