 Carlos Hernández Pezzi, presidente del Consejo de Colegios de Arquitectos de España, ha afirmado que en nuestro país existe un despilfarro de energía, agua y recursos en el mantenimiento de edificios, y que se necesita una certificación energética para conocer realmente su impacto.
En rueda de prensa en el marco del VII Congreso Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), celebrado a finales de noviembre en Madrid, Hernández Pezzi reclamaba el establecimiento de un sistema de certificación energética de edificios, con el fin de hacer frente al doble problema del "despilfarro generalizado" de recursos naturales y las emisiones difusas de dióxido de carbono, el principal gas causante del efecto invernadero.
Pezzi recordó que anualmente se construyen en España cerca de medio millón de viviendas, lo que supone que el sector es actualmente responsable del 50% de recursos consumidos y de entre el 40 y el 50% de los residuos generados.
Según explicó, tanto durante las obras de construcción como en el mantenimiento, el consumo de agua "es ilimitado", los porcentajes de reciclado son muy bajos, se producen escombros "a gran escala", y todo ello se relaciona también con la baja tasa de alquiler. Uno de los ejemplos más significativos es el del aire acondicionado, tecnología de la que España es la primera consumidora en Europa.
"Este despilfarro sólo puede controlarse mediante la certificación energética de los edificios, desde el diseño hasta la fase final de la construcción y después en el mantenimiento, hasta el final de su vida útil", apuntó, subrayando que la responsabilidad con el Medio Ambiente debe darse en toda la cadena de actividad.
En su opinión, aunque puedan darse "reticencias" entre las empresas constructoras, todo indica que "acabarán sumándose" al movimiento por la certificación, al igual que lo hicieron con el de la accesibilidad, "porque es una garantía más para el cliente" y porque las compañías pioneras en materia medioambiental 'arrastrarán' a las demás.
Hernández Pezzi defendió además que estas políticas de calidad medioambiental no encarecen significativamente el precio de la vivienda: los sobrecostes estimados se sitúan entre el 2 y el 5% más del precio final, y se traducen en un ahorro "a largo plazo".
"Lo que sí sabemos es lo que cuesta el descontrol del mantenimiento de los edificios, un 87% de sobrecoste", explicó, apuntando que en todo caso el precio de la vivienda ya es muy elevado sin cumplir condiciones medioambientales mínimas.
El presidente del CONAMA, Gonzalo Echagüe, puso el acento en las emisiones difusas de CO2 de las que es responsable el sector de la edificación (un 60% del total junto con el transporte), por lo que la sostenibilidad del sector resulta esencial en la lucha contra el cambio climático.
Fuente: Europa Press / CONAMA
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